Conversar, guiar y mediar, bien podría entenderse como un pasaje que promete llegar, sin pretensiones ni estrategias rebuscadas, a la luz al final del túnel. El diálogo como un puente hacia un momento cúlmine de las diferencias y las disputas. Sin embargo, lejos de transitar por un camino llano, las partes enfrentadas proporcionan los baches al no siempre estar dispuestas a una salida distinta a la propia. De esto bien sabe la profesora Marcela Le Roy de la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, quien además de dar varias cátedras sobre el tema, es quien lidera el Magíster en Gestión de Conflictos: Negociación y Mediación.
En su trayectoria como abogada y académica, por más de 20 años se ha dedicado a impartir claves de mediación a través de cursos y talleres. En algún punto de su carrera, compatibilizó las aulas con el cargo de directora general de la Corporación de Asistencia Judicial de Valparaíso, donde, entre otras cosas, trabajó para implementar el programa piloto de Mediación Familiar del cual fue coordinadora regional.
Para Marcela, la necesidad de generar puentes en la sociedad es imperativa y ha sido uno de sus motores al interior de la PUCV. Es por ese empuje que hace 11 años se dicta el Diplomado de Gestión de Conflictos, Negociación y Mediación que, dada su buena acogida, dio paso al mencionado magíster que hoy encabeza.
“El Magíster, da cuenta de una visión de la realidad e interacción entre las personas, de carácter colaborativo y tiene un efecto que irradia la buena convivencia y el solucionar conflictos de trascendencia jurídica, que a veces, por sus características o montos en discusión, quedan fuera del sistema tradicional, ampliando el acceso a la justicia de los ciudadanos”, ilustra la profesora.
“De ello dan cuenta también sus líneas de desarrollo, que en términos generales son, gestión y resolución de conflictos, liderazgo y desarrollo de la comunicación, buscando contribuir a una cultura de diálogo, temas que consideramos están pendientes de relevar en nuestra sociedad”, añadió.
Sobre el origen del programa, la académica de la PUCV comentó que todo nació a raíz de la incorporación del ramo en la Escuela de Derecho, hace aproximadamente 20 años, y su gran alcance en otras disciplinas ajenas a lo jurídico. “Nos vamos dando cuenta de la importancia que esta materia va teniendo en los profesionales que se desempeñan como abogados en distintas áreas. Partimos tal vez en el mundo jurídico, pero luego nos damos cuenta de la posibilidad de la interdisciplinariedad, porque muchos miembros de la sociedad, directores de organismos deben tomar decisiones que afectan las vidas de otros y conllevan criterios de justicia”.
En ese sentido, recuerda, “mi participación fue hacer el programa, realizarlo con algunos de nuestros profesores y conducir ese diplomado durante 11 años. Nos damos cuenta entonces, después de esta trayectoria y también por petición de los propios estudiantes de que podemos ir más allá, profundizar, fortalecer los conocimientos, perfeccionarlo, y apuntamos a realizar un magíster en Gestión de Conflictos, Negociación y Mediación, el cual tiene su primera versión este año 2025”.
Valor y sello PUCV
Desde su óptica y experiencia contribuyendo hacia otras ramas de la sociedad, la profesora considera que se trata de un programa novedoso y de alto impacto. “Definirlo en una sola palabra o valor es difícil, resaltaría lo innovador y el carácter interdisciplinario de sus estudiantes acorde al siglo XXI. Además el objetivo de la formación del programa, al día de hoy, único en la Región de Valparaíso y uno de los pocos en el país, es la formación de mediadores; con un alto estándar académico, tanto en la adquisición de conocimientos como en el ámbito práctico, el cual se trabaja durante el desarrollo del Magíster; reflexivo y con un sentido crítico y ético, que facilite el diálogo y la gestión de los conflictos con excelencia, competencias necesarias para hacer crecer y fortalecer, cualquier grupo, organismo, empresa o comunidad”, señala.
Lo apasionante de su trabajo, dice Marcela, es encontrar formas de aportar al diálogo y encontrar soluciones para una mejor sociedad. “(El programa) te llama el encontrar un espacio de desarrollo profesional que admite la interdisciplinariedad propia del siglo XXI y a darse cuenta que el diálogo y la metodología que permite gestionarlo adecuadamente en un grupo nos da la posibilidad de obtener formas negociadas, dialogadas de resolución de conflicto”.
“Lo que me gusta es que admite participación de los involucrados en el conflicto, lo que además conlleva una mayor adhesión a la solución. Eso está demostrado: cuando tú participas en la confección de la solución, en la gestión del conflicto, hay mayor adhesión a la solución que se conlleva. En ese sentido, me apasiona participar en capacitar profesionales de distintas áreas, como directores de colegio, abogados de Carabineros, ingenieros de recursos humanos, que puedan llevar este valor agregado tanto social como a nivel de costo en las distintas áreas que integran. Creo, aunque suene un poquito grandioso, que se ayuda a construir efectivamente un mundo mejor y más sostenible. Es nuestra aspiración”, asegura.
Precisamente en ese aporte es donde toma fuerza el llamado sello valórico de la PUCV, que con un innegable rol social, empapa a sus estudiantes con una visión de mundo y liderazgo. “El Magíster da cuenta de una visión de la realidad e interacción entre las personas, de carácter colaborativo y tiene un efecto que irradia la buena convivencia y el solucionar conflictos de trascendencia jurídica, que a veces por sus características o montos en discusión quedan fuera del sistema tradicional, ampliando el acceso a la justicia de los ciudadanos”.
En esa línea, complementa que “el sello valórico de la Universidad busca un sentido de trascendencia en la vida humana y de respeto y promoción de la dignidad de las personas, enfocado en una formación integral, con calidad a lo largo de la vida. Nuestro magíster, por una parte da voz a las personas que tienen un problema, y también permite que la persona al participar en la gestión del conflicto se responsabilice de alguna forma de lo que hizo. Ello también busca que escuche la otra parte, es decir, en ambos partícipes reconocemos la dignidad humana y nos centramos en que las personas sean capaces y generen herramientas para resolver sus propios conflictos. Yo creo que eso reconoce la trascendencia de la persona y la capacidad de construir su realidad. Sumado a ello, nuestro programa dentro de los conceptos de formación que tiene la universidad contribuye a la formación continua, porque muchos los profesionales que toman este curso, este magíster, ya llevan trabajando algún tiempo en destacados roles. No es menor, por ejemplo, contarte que tenemos gerentes de recursos humanos, directores de colegio, una abogada que es de Carabineros y que está a cargo del área de Derechos Humanos. Entonces, claramente vemos que respondemos a valores que colaboran en la construcción de una sociedad más respetuosa, más humana y que respeta la dignidad de las personas en vista de una mejor convivencia. Al final tenemos muchos intereses comunes y tendemos muchas veces a mirar las diferencias entre nosotros en vez de buscar en lo que nos unimos, en los intereses comunes que tenemos”.
Desafíos y futuro
El Magíster en Gestión de Conflictos destaca por su novedad al interior de la universidad y por su compatibilidad con el desarrollo online, dado que se imparte de manera B-Learning, por lo que sus desafíos son variados y su proyección en el tiempo constituye un anhelo para su cuerpo docente. “Yo creo que estamos en una etapa de consolidación de este primer magíster que estamos recién empezando el segundo semestre. Es una meta que este resulte en forma óptima y creemos que vamos bien porque ya tenemos interesados para el 2026”, revela su directora.
En ese contexto, la compatibilidad con las nuevas tecnologías y la posibilidad de internacionalizar el programa, también son metas en el horizonte. “Nos gustaría mirar el tema de la mediación online. Yo he participado en algunos cursos con programas especiales en los cual se media en línea. Al día de hoy, con la tecnología actual lo hacemos, aunque la presencialidad se valora bastante (…) Tenemos que mirar la tecnología que vamos a aplicar y también cómo puede influir la inteligencia artificial. Si bien se considera que es uno de los campos profesionales en los cuales iría más lento la intervención a través de estas nuevas herramientas, sí hay que mirarlo porque ciertos conflictos tipo, a lo mejor se podrían resolver, comerciales, por ejemplo, civiles, a través de programas que incorporándole cierta información, digan: estas son las posibles soluciones. También tenemos pendiente la internacionalización del programa, que es un poquito pronto para llevarla adelante. No obstante, tenemos algunos ofrecimientos y tenemos profesores internacionales”.

¿Qué hay que tener en cuenta al postular?
Para la profesora Marcela le Roy, el compromiso fundamental de las y los estudiantes del magíster debe ser el saber escuchar. “Deben ser personas que cumplan con los requisitos formales en cuanto a la profesión, al grado de estudio, el número de semestre de las carreras que hayan cursado y personas que consideran que el diálogo es necesario en nuestra sociedad. Suena muy genérico, muy global, pero quienes trabajamos en mediación a diario conducimos procesos de negociación donde el diálogo se hace una realidad, se permite intercambiar miradas y visiones y se ven las posibilidades de acuerdo. Es decir, deben ser personas dispuestas a escuchar, personas también dispuestas a innovar”, manifiesta.
“Creo que en el siglo XXI, donde las llamadas habilidades blandas cada vez encuentran mayor fuerza, los invitaría a cursar un programa desafiante, innovador, potente y que además se ha hecho con cariño. Yo creo que si ven justicia restaurativa, nuevas prácticas, etcétera, se darán cuenta que el afecto por lo que se hace es muy importante al momento de transmitir y de motivar a otro”, complementa.
Para ellos, recomienda bibliografía: “‘Cómo negociar sin ceder’ de William Ury y Roger Fisher; ‘Conducción de disputas, comunicación y técnica’ de nuestra profesora que hace clase en magíster, Marina Suárez, conocida a nivel internacional; y ‘Mediación comunitaria, recorrido, sentires y voces en tiempo de cambio’ de la editorial Astra, donde participa otro profesor nuestro (Alejandro Nató)”.
Finalmente, la profesora reflexionó sobre la importancia del programa. “Considero que este es claramente una innovación, es una apertura del concepto de acceso a la justicia, es abrir la mirada hacia las posibilidades de diálogo en nuestra sociedad, es abrir la mirada al fortalecimiento de la cohesión social y también a sociedades más democráticas donde la participación sea una realidad”.
“El magíster se trata de eso. Hace realidad un ideal. Un ideal que busca el diálogo, fortalecer la cohesión social, el ejercicio de la ciudadanía, una mejor convivencia. Y por ello, yo creo que es un programa potente, innovador y propio del siglo XXI”, cerró.
Más información sobre este magíster en: https://www.postgradospucv.cl/index.php/magister-en-gestion-de-conflictos-negociacion-y-mediacion/
Por Ayskée Solís H.