Entre los innumerables recovecos del Campus Sausalito de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, a un costado de la laguna y a merced del frescor viñamarino, las clases prácticas de la carrera de Educación Física se encuentran con la reflexión académica gracias al Magíster en Actividad Física para la Salud (MAFS). Desde este privilegiado sitial, el profesor Rodrigo Gamboa Jiménez, director del programa, nos da luces sobre su origen, historia y misión.
Su propósito —afirma— ha sido desde el inicio ampliar la comprensión de la actividad física más allá del rendimiento físico, situándola en el marco del bienestar integral de las personas.
“Nosotros quisimos dar un giro epistemológico al enfoque tradicional”, señala Gamboa. “La educación física suele tener una mirada tecnocrática, funcional y biomédica, pero creemos que puede contribuir mucho más que solo a los indicadores fisiológicos: puede formar personas críticas, reflexivas y conscientes de su propio bienestar”.
Un programa con identidad y propósito
El Magíster en Actividad Física para la Salud nació formalmente en 2014, tras dos años de trabajo y reflexión conjunta. La idea surgió en 2012, cuando la unidad académica invitó a tres profesores —Rodrigo Gamboa, Fernando Rodríguez y Carolina Poblete— a diseñar un programa de postgrado que respondiera a los desafíos contemporáneos de la educación física en Chile.
“En ese tiempo los programas de postgrado recién comenzaban a multiplicarse en el país, y queríamos que el nuestro tuviera una impronta distinta”, recuerda. “Por eso lo denominamos ‘para la salud’: porque entendíamos la actividad física no como un fin en sí misma, sino como un medio para promover el bienestar y la vida activa”.
La propuesta fue aprobada por la Facultad en 2014, y en 2015 ingresó su primera generación de estudiantes. Desde entonces, el programa ha sostenido una línea coherente que combina la rigurosidad académica con una visión humanista de la temática.
Más que una mirada biomédica
El sello del MAFS radica en su mirada integral de la persona y la salud. “Nosotros entendemos la actividad física no solo desde los fundamentos fisiológicos, sino también desde las comprensiones culturales y sociales del cuerpo”, explica Gamboa.
Ese enfoque se refleja desde el primer semestre del plan de estudios, que incluye asignaturas complementarias como Fundamentos Fisiológicos y Fundamentos Antropológicos. “Esta última es clave, porque examina cómo las construcciones sociales del cuerpo influyen en la forma en que vivimos y convivimos”, agrega.
La recepción por parte de los estudiantes ha sido muy positiva. “Muchos llegan con una formación centrada en la fisiología y se encuentran con una dimensión más reflexiva. Esa tensión entre lo biomédico y lo socio-cultural es muy enriquecedora, porque amplía su comprensión de la actividad física como fenómeno humano”.
Acreditación y consolidación
En 2023, el programa logró su tercera acreditación, esta vez por cinco años, un hito significativo dentro de la oferta de postgrado de la Facultad de Filosofía y Educación. Para Gamboa, este reconocimiento confirma la solidez del trabajo colectivo que ha sostenido al Magíster desde sus inicios.
“El proceso fue muy valioso, porque nos permitió mostrar que, pese a ser un programa joven, contamos con una estructura robusta, un cuerpo académico comprometido y una comunidad de egresados en crecimiento”, comenta. “El informe de los pares evaluadores destacó el carácter innovador del programa, la claridad de su propósito y la coherencia entre el plan de estudios, la investigación y la práctica profesional”.

Un equipo académico interdisciplinario
Desde su creación, el magíster ha contado con una planta académica diversa que reúne especialistas de distintas disciplinas: educación física, fisiología, psicología, salud pública, filosofía y ciencias sociales. “Esa diversidad enriquece mucho el proceso formativo, porque permite a los estudiantes dialogar con distintas perspectivas del bienestar”, señala Gamboa.
Además, el programa incorpora regularmente profesores invitados y académicos externos que imparten seminarios o módulos específicos, fortaleciendo la conexión entre la investigación y la práctica profesional. “Muchos de ellos son referentes en el ámbito de la salud y la actividad física, y eso genera un vínculo directo con los contextos laborales y comunitarios donde nuestros estudiantes se desempeñan”.
Estudiantes y proyección profesional
El Magíster en Actividad Física para la Salud recibe profesionales de diversas áreas: profesores de educación física, kinesiólogos, terapeutas ocupacionales, nutricionistas, enfermeras y psicólogos.
“Esa heterogeneidad ha sido una gran riqueza, porque las discusiones no se dan solo desde la lógica de la educación física, sino también desde distintas realidades profesionales”, destaca su director.
Muchos de los egresados han desarrollado proyectos de impacto comunitario, liderando programas municipales o iniciativas escolares y universitarias en torno a la actividad física para la salud. Otros han orientado sus trabajos final de graduación hacia la investigación aplicada, generando propuestas que articulan ciencia, educación y bienestar.
“Nos alegra ver que varios trabajos se transforman en proyectos concretos. Eso demuestra que el programa tiene un impacto real en el entorno”, afirma Gamboa.
Desafíos y futuro del programa
Uno de los principales desafíos ha sido mantener una identidad diferenciada frente a otros postgrados del área, tradicionalmente más orientados al rendimiento o al enfoque biomédico. “Nosotros quisimos proponer algo distinto, más centrado en comprender la actividad física como fenómeno humano integral”, explica.
Actualmente, el equipo se encuentra trabajando en un rediseño curricular para fortalecer las líneas de desarrollo y actualizar temáticas a desarrollar. “Queremos mantener el mismo sello, pero incorporando nuevos desafíos, como la salud integral, el bienestar emocional, la ergonomía laboral o el envejecimiento activo”, detalla el académico.
Otro de los objetivos estratégicos es fortalecer la internacionalización del programa, a través de convenios con universidades de España, Argentina y Brasil. “Queremos promover pasantías y colaboraciones académicas que amplíen la mirada de nuestros estudiantes y académicos. La idea es seguir consolidándonos como un referente nacional en la formación en bienestar integral”.
Un espacio para pensar el bienestar
Antes de despedirse, Rodrigo Gamboa comparte un mensaje para quienes estén considerando postular al programa: “Este es un magíster que invita a reflexionar. No se trata solo de adquirir herramientas técnicas, sino de repensar el sentido de la actividad física y su impacto en la vida de las personas. Aquí formamos profesionales críticos, comprometidos con la promoción del bienestar y con una visión amplia de la salud”.
El Magíster en Actividad Física para la Salud de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso se consolida así como un espacio de formación y pensamiento interdisciplinario, que une las ciencias en torno a la temática con una profunda vocación humanista.
Para conocer más sobre este programa, visita: https://www.postgradospucv.cl/index.php/magister-en-actividad-fisica-para-la-salud
Por Ayskée Solís H.